Libros «de texto», en problemas.
Libros «de texto» sumergidos en problemas jurídicos e ideológicos / Tras La Verdad, por Héctor Parra Rodríguez.
Libros «de texto» Gracias a los integrantes de la Unión Nacional de Padres de Familia, el serio y grave problema de una parte del contenido de los libros de texto de primaria y secundaria, hoy es tema nacional de las perversiones del gobierno de la transformación, que pretende utilizar a las y los niños como base de su adoctrinamiento, haciendo a un lado fundamentos importantes de los cimientos de los educandos.
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La suspensión definitiva concedida a la Unión Nacional de Padres de Familia, puso al descubierto dos problemas. El jurídico y el ideológico.
Las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, utilizó para la elaboración de los libros de texto a inexpertos en la materia, por eso la enorme inconformidad que ha levantado el tema que privilegia el adoctrinamiento sobre la parte sustantiva: la educación. Además de incumplir con varios requisitos legales para su elaboración.
Parte medular, que no gusta de respetar el gobierno de López Obrador, el respeto a la ley. Violentaron el procedimiento para la elaboración de los libros. Quienes hicieron la «maquila ideológica» no cumplieron con los requisitos legales, como hacer partícipes a los padres de familia y a los profesores. En lo «oscurito» los inexpertos hicieron el sucio trabajo que fue desvelado por la Unión Nacional de Padres de Familia.
Los políticos han hecho suyo el asunto. Millones de padres de familia también se inconforman y muchos conocedores de la materia educativa alzan la voz expresando su inconformidad por la falta de rigor técnico en la elaboración y la abusiva intervención en el adoctrinamiento que deja a un lado lo esencial.
Por ejemplo, privilegian los logros de un gobierno y alteran la verdad histórica para favorecer a la transitoria administración en turno; el ejemplo claro es la confirmación del «fraude electoral en contra de AMLO» en el 2006. La SEP carece de pruebas para confirmar su aserto. En cambio, existen un gran cúmulo de pruebas que contradicen la mentira del texto; las autoridades electorales dejaron pruebas de ello. Sin embargo, ese es un tema que debe excluirse de la educación escolar de los infantes, la mentira o el aserto sin soporte histórico; fue tema resuelto y hoy pretenden tergiversar la historia en beneficio del hoy gobernante. Ello, de suyo es perverso.
Ahora bien, las violaciones a diversas normas de la legislación educativa fueron violentadas por la SEP. De ahí la resolución de la suspensión definitiva por parte de la autoridad judicial federal para que no se entreguen los libros a las escuelas y en su momento a los educandos; la suspensión obliga legalmente a la realización de una revisión minuciosa de los textos por parte de las partes que debieron intervenir en la elaboración. Este es el primer asunto que debe atenderse y resolverse.
Ha pesado más el tema de la ideologización y rechazo social, haciendo a un lado la razón de la casusa, que lo fue la suspensión definitiva otorgada a la Unión Nacional de Padres de Familia.
Los políticos proponen la interposición masiva de juicios de amparo en contra de los textos para detener la entrega.
No faltaron los oportunistas como el dirigente de PAN, que propuso quemar los libros. Así tampoco se resuelve el problema.
Libros «de texto», en problemas.
El gobierno de López Obrador, por medio de la Secretaría de Educación, acude a sus acostumbradas «chicanadas» y niega haber sido notificada del juicio de amparo. Obvio que es falso. Todo para evitar cumplir con la suspensión y la entrega de los textos, mismos que siguen distribuyéndose en los todos los estados. La autoridad judicial materialmente nada puede hacer. La SEP no ha convocado a las reuniones de análisis de los libros. Desacato a la resolución judicial por parte del gobierno de la República. Otro delito que se suma a una cauda de incumplimientos a las sentencias de autoridades jurisdiccionales.
El problema trasciende. Los gobernadores toman partido. Los subyugados y obedientes morenistas, afirman que no detendrán la entrega de los libros. Algunos de oposición expresan lo contrario. El gobernador de Jalisco se somete al imperio de la ley y dice que esperará a que resuelva la autoridad judicial. Bien por el gobernador, no se metió al continente de los textos, sin críticas a las perversidades de su contenido. Aunque dice privilegiar el interés superior de los menores, ello es bueno también.
El gobernador de Zacatecas, Monreal Ávila, sabueso de MoReNa y bufón de AMLO, afirma que no acatará la suspensión definitiva de la autoridad judicial. El de Tamaulipas por el mismo tenor. Gobernadores morenistas temen a las represalias del tirano de López Obrador.
Libros «de texto», en problemas.
Lo sensato legalmente, sin entrar en la polémica de la pésima elaboración de los contenidos de los libros, es que se respete la resolución judicial, primer acto de conciliación; y se haga la reconducción del proceso bajo el rigor legal, haciendo a un lado, por lo pronto, el interés político e ideológico que disparan las opiniones en pro y en contra: botín político.
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Los morenistas obligados a respetar el Estado de Derecho, así de simple, deben cumplir la ley.
En su momento, que hablen los expertos, los doctos, los peritos en educación primaria. Si se deben modificar los textos, que se haga lo conducente y se extirpe todo aquello que no debe ir en los libros de texto de primaria y secundaria.
Tras La Verdad / Por: Héctor Parra Rodríguez
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